Eugenia Lucia Daza Martínez

Eugenia Lucía Daza Martínez, egresada del 2001, es la creadora de la marca Luchy Martínez Cocina de Autor. Su cocina oculta entre dulces y salados, es un verdadero deleite.

Eugenia, es de profesión publicista, estudió en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá. Durante 12 años, trabajó en empresas de publicidad y medios en la misma ciudad. Sin embargo, su pasión por la cocina siempre estuvo presente.

En cada trabajo, solía vender brownies, y muchos la conocen como “la brownie dealer”.

Hace siete años, decidió explorar sus talentos pasteleros y regresó a su ciudad natal, Montería, para formalizar su negocio: Luchy Martínez Cocina de Autor. El menú de esta pastelería es diverso, con sabores caribeños como pudin de vainilla, yogur, piña, coco, pie de mamey, y flan de Zapote.

Eugenia combina lo clásico de la pastelería con ingredientes locales, creando auténticas delicias. ¡Sin duda, un #OrgulloLiceísta!

Bautista José Hoyos Buelvas

Soy Economista, Especialista en Mercadeo y Magister en Administración de Sistemas de Información del Instituto de Altos Estudios en Administración de la Universidad de Lausanne- Suiza  y la Escuela Politécnica Federal de Lausanne en Suiza. Tengo más de 25 años de experiencia en empresas multinacionales del sector IT como Apple, Acer,  Xerox y Hewlett Packard, como Gerente para Latinoamérica de empresas multinacionales del sector IT, Vicepresidente para Centroamérica y Caribe en empresas de IT, Catedrático universitario, Responsable de estrategias de implementación de TICs en la educación en Latinoamérica los últimos años, Conferencista invitado a eventos de TICs para la educación en Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Panamá, Honduras, Paraguay.

Sin duda alguna mi formación está fundamentada en los valores éticos y morales que fueron desarrollados  durante mi permanencia en el Liceo Montería. Asimismo la forma magistral de impartir conocimiento a lo largo de los años creó en mí, las bases necesarias para poder asumir retos académicos y profesionales a lo largo de mi vida. No podría dejar a un lado la disciplina de la cual se encargaba de manera personal el profesor Rey , como llamábamos coloquialmente a nuestro siempre recordado rector : Gabriel Rey Cárdenas.

Solo tengo palabras de agradecimiento para mi colegio y siempre están en mi mente cientos de imágenes que hicieron mi vida escolar en el Liceo Montería una de las etapas que han marcado positivamente mi historia.

GRACIAS Liceo Montería por formar tantas generaciones de Monterianos!

JUAN JOSE OBAGI ARAUJO

Natural de Montería, nací y me crie en un hogar muy humilde lleno de carencias por el abandono de mi padre. No obstante, mi madre, aunque de origen campesino, fue una mujer muy trabajadora y de gran carácter, que se propuso darles la mejor educación a sus tres hijos. Por eso, pensó en un colegio privado para nuestra formación y en 1955 me matricula en el Liceo, para cursar primero de primaria, después de haber cursado en una escuela veredal lo que hoy se conoce como ‘’Transición’’.

Al finalizar el curso Primero de Primaria, fui galardonado con la primera beca que se otorgaba al MEJOR ESTUDIANTE del colegio. Esta beca me permitiría cursar, libre de matrícula y de pensión mensual, el resto de la Primaria y el Bachillerato. No obstante, por políticas de austeridad del Liceo, los beneficios de la beca fueron suspendidos al finalizar Primero de Bachillerato.

Posteriormente, al finalizar Cuarto de Bachillerato (1963) la rectoría volvió a otorgarme la distinción de MEJOR ESTUDIANTE del colegio, y la nueva beca me liberaba de pago de matrícula y pensión hasta finalizar bachillerato. Aquí vale la pena recordar el inicio de la nueva era del Liceo con la apertura de Quinto de Bachillerato (1964) y Sexto de Bachillerato (1965). En la ceremonia de graduación fui galardonado como el MEJOR BACHILLER de la primera promoción del Liceo.

En 1966 inicié estudios universitarios en la Universidad Tecnológica de Pereira, en la carrera de Ingeniería Industrial, finalizándolos en 1970, recibiendo el grado correspondiente el 29 de enero de 1971.

Ya como profesional inicié trabajando en el Departamento Nacional de Estadística (DANE) en su regional de Manizales. Esta vinculación me permitió obtener una beca del Departamento de Estado de los Estados Unidos para realizar mis estudios de postgrado (1974-1976) en la ciudad de Washington, primero en la Oficina de los Censos (Bureau of the Census) y posteriormente en   George Washington University, de la cual obtuve el grado Master of Science en Estadística Matemática.

En 1976 regresé a Colombia para continuar trabajando en el Departamento de Estadística, en Bogotá. Simultáneamente hice mis estudios de Maestría en Ingeniería de Sistemas en la Universidad Nacional, sede Bogotá.

Posteriormente, me vinculé (1985) a la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia en la cual tuve la oportunidad de dirigir el Departamento de Consumo Nacional de Café, hasta 1994.

En 1995 decidí dedicarme de lleno a la docencia universitaria, aunque siempre había combinado mi trabajo profesional con la labor docente como profesor de cátedra en varias universidades.

Entonces, me vinculé de tiempo completo con la Pontificia Universidad Javeriana: primero en su facultad de Ciencias Económicas y después en la facultad de Ingeniería. Es de aclarar que desde 1982 estaba vinculado a la Javeriana como profesor de cátedra.

Como producto de esta labor académica, la universidad me publicó dos libros universitarios, relacionados con mi experiencia y formación académica: ELEMENTOS DE TEORIA DE PROBABILIDAD PARA INGENIEROS y FUNDAMENTOS DE INFERENCIA ESTADISTICA.

En 2013, la JAVERIANA me hace el reconocimiento como PROFESOR EMÉRITO de la universidad.

Actualmente, estoy ya pensionado, pero continúo en la docencia universitaria como profesor de cátedra.

EPILOGO

Hoy día, al mirar retrospectivamente, puedo declarar que esta trayectoria habría sido muy difícil de lograr si no hubiera sido formado bajo los valores y principios del Liceo Montería, inculcados por sus profesores con la sabia dirección de su rector GABRIEL REY CARDENAS, cuya rigidez y amor por la pedagogía sin menoscabo de la autoridad y el respeto humano, contribuyeron a formar hombres y mujeres de bien en busca de una mejor sociedad.

Si hoy tuviéramos en Colombia educadores como GABRIEL REY, estoy seguro de que nuestro país no estaría sufriendo la crisis de valores de la cual padecemos.